
Con 10 años, la música estaba ya muy presenten su vida. Su padre colaboraba en varios grupos locales y su madre escuchaba habitualmente la radio, lo que le permitía al joven Rulo ir poniendo los cimientos de su universo musical.
El contacto con los chavales mayores del barrio le acercan al rock y se plantea aprender a tocar la guitarra; de esta manera, comienza a ensayar en el barrio haciendo versiones de temas heavys de la época. Con 11 años, algo se quiebra en su vida: la separación de sus padres rompe su “ecosistema” de referencia (“vengo de familia rota, de infancia partida”). A los 12 años, por navidades, le regalan su primera guitarra eléctrica, lo que le permite ensayar más intensamente.
Los ardores de la pubertad traen también el compromiso con el rock. Funda su primera banda mientra vive en Santander. Suizidio es el nombre del grupo que se desarrolla desde 1994 hasta 1996. Compuesto por muchachos de Reinosa (primero 4 componentes; luego 3), ensayan durante los fines de semana y acaban dando unos 30 conciertos con versiones de grupos a los que admiran (Barricada o Los Suaves) y algún tema propio (El loco del parque).
Escape, por su parte, es un proyecto efímero en el tiempo pero importante en el sentido de que pone algunas de las bases de lo que luego será La Fuga. Se forma a principios de 1996, coincidiendo con el regreso de Rulo a Reinosa, y está integrado por Rulo, Fito, Edu y Berto. Desarrollan un repertorio ecléctico donde combinan temas de Platero y Tú, Barricada o Los Suaves con otros de Queen o Los Beatles. En su reducida carrera, llegaron a dar 4 conciertos.
En el verano del 96, ocurren algunos acontecimientos que desembocan en el nacimiento de La Fuga. Berto abandona y en su lugar entra, para tocar el bajo, Inaki. Como el nombre de Escape ya lo tenía otra banda de Madrid, deciden cambiar el nombre a la formación por La Fuga. De aquellos tiempos quedan, entre otros recuerdos, aquel local de ensayos en la plaza de La Constitución en Reinosa y algunos conciertos en pequeños locales con toda la gente entregada.
En 1997 sale a la venta la maqueta “El Camino” y en 1998 su primer álbum de estudio: “Mira”, grabado en los estudios Sonido XXI de Esparza de Galar y editado por FAK Records. En el proceso de grabación del mismo, se incopora un nuevo guitarrista, Nando, y abandona temporalmente el proyecto Fito.

Los conciertos empiezan a multiplicarse y la banda comienza a demostrar su verdadera fuerza en directo y a conseguir apoyos incondicionales entre el público del rock nacional. A pesar de ello, continúan las dificultades para que una casa discográfica les dé el apoyo necesario para la producción y distribución de su música.



varios teatros de España.

La Fuga ha supuesto, hasta ahora, el proyecto de banda más intenso y duradero de Rulo, con 6 discos de estudio, más de 300 conciertos por diferentes países (entre los que hay que destacar su participación en el Viña Rock como cabeza de cartel, los bolos de Madrid en el Palacio de los Deportes y en Las Ventas, la sala Jamm de Londres, el Vive Latino en México DF, el Luna Park de Buenos Aires o los conciertos de Chile y Uruguay) y unas cuantas decenas de excelentes canciones.
Pero como no sólo de respirar vive el hombre, llegó la hora de reinventarse –“cojo mi mala cara y me voy de aquí. No sé las veces que me reinventé”–, de explorar otras tierras y de volar por otros territorios eligiendo otros compañeros de viaje. Y así, poco a poco, en el último año
ha ido tomando cuerpo Rulo y La Contrabanda. Rulo sigue siendo de los de siempre: de los del pelo largo, de los de corazón de Rock & Roll. Pero ahora le acompañan otros nombres, otras caras, otros actores: Karlos Arancegui –Txarli– (Amaia Montero, Iván Ferreiro) a la batería, Quique Mavilla (Amaral) al bajo, Dani Baraldés –Pati– (Macaco, Jarabe de Palo) a la guitarra y Fito (viejo compañero de aventuras en La Fuga y amigo) también a la guitarra.
Con el apoyo incondicional de Warner Music España y Get In, Rulo ha realizado una gran hoguera con cuyos rescoldos nos ofrece estas “Señales de humo” en forma de notas, en forma de historias corrientes que nos vuelvan a agitar el corazón. Porque, al final, lo que queda de verdad es… la música.
Y en ello sigue: con sus canciones p’aquí y con sus canciones p’allá.
Fuente: Rulo y la contrabanda oficial
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